Guys corre por entre las callejuelas tras realizar un pequeño robo en una tienda de dulces cuando un joven aparece ante él y le obstruye el camino. Es el alcaide Guildias, que ha encontrado el testigo que necesitaba para lograr encerrar al chico en una cárcel para menores, no sólo por pequeños hurtos, sino que también acusándolo de un asesinato que no ha cometido. En el juicio, Guys es sentenciado a cadena perpetua. Guildias acoge la condena con una sonrisa malévola. Ya encerrado, Guys sufre constantes abusos del carcelero Durer y de otros reclusos mayores que él, liderados por el peligroso Jose. Aunque no todo son penurias, ya que Guys conoce en la enfermería a Evan y Valleweda, que serán sus amigos.